Por Luisa Leiva
Los derechos sexuales y reproductivos de las personas y en especial los de las mujeres, se aborda muy poco en nuestra sociedad, es un tabú. Son comunes historias de tinte aleccionador, donde las “malas mujeres” que se atreven a disfrutar su sexualidad o no seguir el rol de madre abnegada, son condenadas a la muerte y el fuego eterno.
Sin embargo, existen avances, la lucha de diversidad de mujeres y movimientos feministas han logrado adelantos. El problema es que estos avances se están utilizando con fines politiqueros, y así, ante graves problemas que afectan a las mujeres, como los altos índices de violencia, desnutrición, embarazos adolescentes, etc., la respuesta de las autoridades es posicionar un discurso retrograda y polarizador que usa las creencias religiosas de la población y una añoranza por los días de “antaño” donde las mujeres eran buenas, pero busca esconder negocios, corrupción y todo tipo de artimaña de los grupos de poder.
Es decir, que no solo nos niegan el ejercicio de nuestros derechos, sino que los utilizan para manipular a la población y así mantener el status quo. Abriendo la puerta al odio, con lo que se limita más la posibilidad de que podamos ejercer nuestros derechos sexuales y reproductivos, y, por el contrario, de cara a un nuevo proceso electoral, parece que para muchos candidatos la oferta de campaña puede ser quitarnos derechos.
En eventos como el Desayuno Nacional de Oración, donde perversamente lideres nacionales utilizan la fe de la población para que no se les exija cuentas de su gestión, nuevamente se acudió al discurso confiable de la vida desde la concepción, la familia, la moralidad, el designio divino, etc.
En los próximos meses, una y otra vez los candidatos, cual fariseos, citarán partes de la biblia y harán referencia constante a que lo mal que estamos como país, es porque ejercemos nuestros derechos humanos y no por la corrupción o la incapacidad de las autoridades de gobierno; este discurso donde se utiliza la negación de los derechos sexuales y reproductivos de la población como oferta de campaña ha resultado efectivo anteriormente, la pregunta es ¿nuevamente se los vamos a comprar?
Luisa Leiva es abogada feminista con Maestría en Sexualidad, Género y Políticas Públicas y Posgrado Centroamericano en Reforma Procesal Penal. Su experiencia profesional, se ha desarrollado tanto en la administración pública como en organizaciones de sociedad civil, en temas de seguridad, justicia, investigación socio-jurídica, derechos humanos, derechos humanos de las mujeres entre otros, ha litigado en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y es socia fundadora de Novalex, Consultora.
Para efectos legales, las opiniones expresadas son responsabilidad del autor o autora y no necesariamente son compartidas por el Grupo Multidisciplinario.
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